Es el Estado el garante de regular las relaciones entre personas físicas y jurídicas, esto le otorga el Poder de Imperium, es decir la potestad de ostentar el poder público, denota la obligación de subordinación de los ciudadanos. Esta supremacía del Estado se expresa en sus gobernantes, por eso la violencia y el terror estatal siempre es una abolición total de los derechos fundamentalísimos del ciudadano. Situación que lleva al no reconocimiento de la dignidad humana y a la supresión total de las garantías constitucionales. Por ende, podemos siempre afirmar que lo sucedido en el oscuro período de 1976-1983 no fue una guerra, ni mucho menos, fue una asociación con el claro objetivo de la aniquilación de la condición humana, infinitamente agravada por el poder mencionado en el párrafo anterior.
Es el Estado el garante de regular las relaciones entre personas físicas y jurídicas, esto le otorga el Poder de Imperium, es decir la potestad de ostentar el poder público, denota la obligación de subordinación de los ciudadanos. Esta supremacía del Estado se expresa en sus gobernantes, por eso la violencia y el terror estatal siempre es una abolición total de los derechos fundamentalísimos del ciudadano.
ResponderEliminarSituación que lleva al no reconocimiento de la dignidad humana y a la supresión total de las garantías constitucionales.
Por ende, podemos siempre afirmar que lo sucedido en el oscuro período de 1976-1983 no fue una guerra, ni mucho menos, fue una asociación con el claro objetivo de la aniquilación de la condición humana, infinitamente agravada por el poder mencionado en el párrafo anterior.