Sabemos que el viento sopla escaso, por eso acudiendo al esfuerzo de los remos, iniciaremos lo que Platón llamó “segunda navegación”:
Todo pensamiento que tenga pretensiones de filosófico debe superar la mera reflexión (que no es más que una intención) y debe articularse con otros dos momentos (posteriores). Por un lado debe comenzar siendo de ocio creativo (reflexivo en base a libres-especulaciones), al diseccionarse hacia determinadas perspectivas, el pensamiento debe superarse a sí mismo y ser motivo de acciones futuras (el pensamiento que sigue a la mera reflexión es un pensamiento de segundo orden, aquel puesto en acción) para, en un tercer orden, ser pensamiento de retroalimentación. Es decir, aquel que surgiendo desde la acción cierra-abre nuevamente la cadena de significaciones y especulaciones.
Por eso, publicar no sólo es lícito de derecho incuestionable, sino que es pasible de una ética, buscando la acción superadora de lo obvio y cotidiano.
Ese fui yo hace un tiempo ya, pero reflotamos una vez mas la iniciativa de publicar.
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