martes

No te rías de un colla.

                                               autor: Fortunato Ramos

No te rías de un colla que bajo del cerro,
que dejó sus cabras, sus ovejas tiernas, sus habales yertos;
no te rías de colla, si lo ves callado,
si lo ves zopenco, si lo ves dormido.
No te rías de un colla, si al cruzar la calle,
lo ves, correteando, igual que una  llama, igual que un guanaco,
asustao el runa como asno bien chúcaro,
poncho con sombrero, debajo del brazo,
no sobres al colla, si un día de sol,
no ves abrigado con ropa de lana, transpirado entero,
ten presente amigo, que él vino del cerro, donde hay mucho frío,
donde el viento helado, rajeteó sus manos y partió su callo.
No te rías de un colla, si lo ves comiendo
su mote cocido, su carne de avío,
allá en una plaza, sobre una vereda, o cerca del río;
¡menos! Si lo ves coquiando por su Pachamama.
El bajó del cerro a vender sus cueros,
a vender su lana, a comprar azúcar, a llevar su harina,
y es tan precavido, que trajo su plata,
y hasta su comida, y no te pide nada.
No te rías de un colla que está en la frontera
pa'lao de La Quiaca o allá en las alturas del abra del Zenta,
ten presente amigo, que él será el primero en parar las patas
cuando alguien se atreva a violar la Patria.
No te burles de un colla, que si vas pa'l cerro,
te abrirá las puertas de su triste casa,
tomarás su chicha, te dará su poncho,
y junto a sus guaguas, comerás un tulpo y a cambio de nada
No te rías de un colla que busca el silencio,
que en medio las lajas cultiva sus habas
y allá en las alturas, en donde no hay nada,
¡así sobrevive con su Pachamama!

No hay comentarios:

Publicar un comentario